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10ibero01América Latina atraviesa tiempos convulsos en los que la ciencia jurídica ha cobrado un papel fundamental para acompañar luchas como la defensa del territorio, los feminismos y la erradicación de la violencia. Ante esto, Erika Bárcena Arévalo y Orlando Aragón Andrade exploraron otras formas de proceder en su libro Otro derecho es posible.

Esta obra, que remarca los hallazgos de los nuevos estudios militantes del derecho en la región, fue presentada en la IBERO Puebla como parte de la Jornada Repensar la justicia: el derecho como herramienta transformadora. En este espacio, los autores cuestionaron “cómo podemos arrancar del derecho lo que necesitamos de él”.

Para el académico, investigador y escritor Jesús Antonio de la Torre Rangel, este libro representa una fuente valiosa de información para la abogacía en la actualidad, pues sus autores “interrelacionan los procesos sociales que generan el fenómeno jurídico, y cómo estos tratan de moldear a la sociedad. Además, estudian las conductas y relaciones sociales que se ligan a la normatividad como causa y efecto de la misma”.

Para el comentarista, “el libro es muy valioso por el solo hecho de recoger la sistematización y escritura de las experiencias jurídicas que se narran desde las nuevas militancias. Se trata de un libro con una riqueza enorme por las reflexiones que contiene, sobre las prácticas jurídicas de los pobres en defensa de sus derechos. Dan cuenta de aquello que desde hace mucho tiempo he llamado ‘derecho’”.

Ivette Estefanía Galván García, cocoordinadora del Área de Defensa Integral del Centro de Derechos Humanos Agustín Pro Juárez (ProDH), calificó este libro como “ el fruto del proyecto diálogo de saberes y prácticas jurídicas militantes en América Latina” que permite identificar otras formas de acompañar a luchadores sociales y sus causas en el entremedio.

Además, el carácter recopilatorio de Otro derecho es posible, que reúne las experiencias y puntos de vista de diversos autores, “permite identificar la diversidad de las y los profesionistas que intervienen en las luchas sociales, sin limitarse a analizar la intervención política de las y los abogados, sino de todos aquellos que inciden políticamente en el campo jurídico en términos de lo ya trabajado”, dijo Galván García.

Bárcena Arévalo y Aragón Andrade hicieron un llamado al gremio del derecho latinoamericano a ejercer fuera de la academia y la tradición eurocentrista de su campo. Además, instaron a seguir aportando literatura subversiva para futuras y futuros abogados, para que “busquen incidencia en la justicia social”.