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- Puebla, Pue. México.

05ibero01El ministro en retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, José Ramón Cossío Díaz, presentó en la IBERO Puebla su libro Que nunca se sepa: El intento de asesinato contra Gustavo Díaz Ordaz y la respuesta brutal del Estado mexicano.

El poder de la normalización transforma al poder policiaco y judicial. Se trata de un proceso donde la violencia simbólica y física perdura en la historia del país. El libro Que nunca se sepa genera la pregunta: ¿Cómo es que en democracias formales hay expresiones de violencia de Estado y cómo se posibilitan?

Con un exhaustivo análisis de la década de 1960, el Dr. José Ramón Cossío define los elementos que configuraron los procesos de terrorismo de Estado. Al mismo tiempo, identifica al enemigo interno personificado por las ideologías socialistas y comunistas de aquella coyuntura mundial; esto declara un desarrollo lógico con afectaciones al escenario social.

La sinopsis enmarca: “Después del atentado, Carlos Castañeda fue detenido y torturado. Sin embargo, eso no fue lo peor. Una jueza lo declaró jurídicamente incapaz y ordenó refundirlo en el manicomio. Lo dejaron ahí 23 años, desecho, ignorado, enloquecido. Cuando al fin fue liberado, en 1993, ya era un hombre sin nombre, sin identidad ni historia. Vagó por las calles hasta su muerte”.

Y agrega: “Este libro es una magna investigación de un acontecimiento casi completamente desconocido que reconstruye ese caso. El de un delito que fue castigado con un aluvión de crímenes, crueldades y barbarie”.

En el evento del jurista, celebrado en la IBERO Puebla, estuvieron presentes diversos actores universitarios: Nadia Catillo Romero, directora del Departamento de Ciencias Sociales; Simón Hernández León, coordinador de la Clínica Jurídica Minerva Calderón y de la Licenciatura en Derecho; Erica Paola Guillen, integrante del Capítulo Cabrera Phi Delta Phi; y Rodrigo Lazcano Ortiz, integrante del Consejo Estudiantil de Representantes de Derecho Virtus Iuris.

Se conversó sobre aspectos el Estado de excepción, caracterizado por tensiones y ejecuciones. En el caso de México, el sexenio de Díaz Ordaz mostró fachada de fortaleza, sin aparentes problemas sociales que atender. La mesa aludió que el discurso de normalidad, contra lo sano e insano, perjudica la comprensión de la violencia.

En el caso de Carlos Castañeda, quedó plasmada la instrumentalización médica y psiquiátrica como salida de resolución de conflictos. Además, se usó para ejercer presión contra opositores y acelerar procesos judiciales.

El Dr. José Ramón Cossío complementó algunos aspectos del hecho: “Nadie registró esto en ningún periódico. Fui a visitar a algunos en pandemia, me puse a revisar y nadie dio cuenta de esto. Se lo he preguntado a muchos amigos historiadores y nadie conoce nada […] Desaparecieron completamente a una persona y nadie más supo de esto”.

“Los expedientes judiciales dicen lo que dicen […] Tanto en este libro como en otro que escribí, Biografía Judicial 68. El uso político del derecho contra el movimiento estudiantil, lo que es muy interesante es cómo el Estado va dejando huellas en el expediente de su actuación; y esas huellas lo delata”, sumó el autor.

El abogado recalcó la importancia de revisar la historia del país, en este rubro, para aprender y evitar que vuelvan a maquinarse actos de barbarie. Junto a su interés por el caso de Ayotzinapa, invitó a la juventud a continuar con esta necesaria línea de investigación.

El autor tiene experiencia en la investigación, el servicio público y la docencia. En 1998 recibió el Premio de Investigación de la Academia Mexicana de Ciencias; y en 2009, el Premio Nacional de Ciencias y Artes. Ha elaborado 27 libros y múltiples artículos en periódicos, revistas especializadas/de divulgación y trabajos colaborativos.