Con llegada de Aurelio Nuño Meyer a la SEP, el principal objetivo del gobierno federal, es buscar que a través de un cambio generacional de funcionarios, el sistema de enseñanza en México logre el objetivo de lograr una verdadera revolución educativa, es decir adaptarla a las nuevas tecnologías y procesos de modernización que se vive principalmente en los países del primer mundo.
Al final la Reforma Educativa que propuso el Presidente de México, Enrique Peña Nieto, tiene ese objetivo de contar antes que nada con profesores, que además de tener el conocimiento y la experiencia, tengan la habilidad para transmitir a las nuevas generaciones de estudiantes procesos de enseñanza efectivos, que al mismo tiempo les permita adaptarse a las condiciones actuales, y que son consecuencia de la globalización.
Si bien es cierto que el conocimiento no puede sustituirse con nada, hoy la enseñanza en todos los niveles (desde la educación básica hasta el posgrado), requiere de las nuevas plataformas tecnológicas para poder interactuar con los estudiantes, ya que de lo contrario se corre el riesgo de formar niños y jóvenes “analfabetas” , tecnológicamente hablando.
En pleno siglo XXI, pareciera que la ciencia ficción que se veía en las películas, series de televisión o en novelas futuristas de grandes escritores, hoy nos ha alcanzado, y aunque el uso de la internet, de la telefonía celular, de las redes sociales, de la era digital, la robótica, la nanotecnología, etc., parecieran un mostro de mil cabezas, la humanidad ha optado por enfrentarla y a utilizarla, pese a los riesgos que esta conlleva.
El cambio generacional que se vive en las instituciones, es sin duda duda una tendencia mundial, ya que para entender las necesidades de la sociedad, se requerirá de nuevos personajes que no sólo tengan el dominio de la ciencia, la historia y la filosofía, en cada una de sus ramas, sino que sepan aplicarlas para llegar a un mayor número de personas, tomando en cuenta que hoy el 80% de los habitantes en México tiene acceso a la tecnología.
BUAP sólida y transparente: Standar & Poor’s y Moody’s
La Benemérita Universidad Autónoma de Puebla nuevamente dio muestra de su transparencia, misma que ha sido sometida a una serie de evaluaciones no sólo de los organismo públicos sino de instancias privadas que han coincidido del trabajo positivo realizado en los últimos años.
Estos resultados se ven nuevamente, tras los informes entregados al rector Alfonso Esparza Ortiz por parte de calificadoras internacionales como Standar & Poor’s y Moody’s, mismas que una vez más confirmaron el adecuado desempeño presupuestal de la BUAP.
En el caso de Standard & Poor’s, la calificación que entregaron al rector fue sobre riesgo crediticio en escala nacional de largo plazo de ‘mxA+’.
Este resultado se traduce en un adecuado desempeño presupuestal, una prudente política de deuda y una posición de liquidez positiva, respecto a su servicio de deuda y sus pasivos circulantes.
Por otro lado Moody’s asignó las calificaciones Aa3.mx (Escala Nacional) y Baa3 (Escala Global, Moneda Nacional), por sólidas prácticas de administración que respaldan márgenes operativos positivos, una fuerte posición de liquidez y bajos niveles de deuda.
Ambos resultados entregados al rector en las sedes de ambas empresas en Nueva York, hablan de que pese a las situaciones económicas que se viven en el mundo, la BUAP cuenta con una perspectiva financiera estable, ya que se estima que durante 2015 y 2016 pueda generar superávits luego de gastos de inversión por arriba del 5 por ciento de sus ingresos totales, así como un nivel y servicio de deuda bajos.
Las calificaciones que recibió la máxima casa de estudios de Standard & Poor’s, Moody’s, se reflejan en los resultados académicos de la BUAP, misma que le permite ser una de las universidades públicas estatales más competitivas del país.
Sobre las calificaciones de Aa3.mx (Escala Nacional) y Baa3 (Escala Global, Moneda Local) asignadas a la BUAP por parte de Moody’s, reflejan sólidas prácticas de administración que respaldan márgenes operativos positivos, una fuerte posición de liquidez y bajos niveles de deuda.
Esto indica que de manera consolidada, en términos de ingresos y egresos de capital, la BUAP ha registrado resultados financieros consolidados balanceados durante el periodo 2010–2014, equivalentes en promedio a 4.7 por ciento de los ingresos totales, como reflejo de los márgenes operativos positivos.
Además, durante 2014 la BUAP registró un superávit financiero equivalente al 9 por ciento del total de los ingresos. A pesar de que la BUAP tiene grandes planes de infraestructura por la creciente demanda de los estudiantes, Moody’s anticipa que continuará registrando resultados financieros positivos de alrededor del 10 por ciento de sus ingresos totales en 2015.
Al comparar a la BUAP con universidades que han recibido calificaciones en otros países, Moody’s afirma que históricamente la máxima casa de estudios ha mantenido niveles bajos de deuda, lo cual representa una fortaleza crediticia.
Durante 2014, los niveles de deuda fueron equivalentes al 3.8 por ciento de sus ingresos totales, comparados con el pico de 6.9 por ciento registrado a finales de 2012. Esta mejora en sus indicadores de deuda es reflejo del registro de resultados financieros consolidados positivos.
Estos resultados permiten ver su solidez financiera, reflejada en los avances académicos alcanzados, por lo que la BUAP en automático se convierte en candidata para que los diputados federales le asignen un mayor presupuesto en 2016, gracias a su manejo transparente y adecuado, en beneficio de la comunidad universitaria y sociedad.
“Nosotros mismos debemos ser el cambio que deseamos ver en el mundo…” Gandhi
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