¿Qué me produce más placer: aprender o enseñar? Muchas veces me he hecho esta pregunta … afortunadamente he encontrado la respuesta: ¡aprender a enseñar! Manuel G. Vuelta, Coordinador en la Formación del Profesorado en las TIC en ArtiGraf Informática Gráfica, S.L.
El Día del Profesor Universitario da pie para comentar acerca de los estándares de calidad de quienes se dedican a la docencia en las disciplinas del espacio habitable. Algunos de los más importantes referentes de calidad se pueden encontrar en organismos académicos que evalúan o emiten indicadores de calidad en las disciplinas del espacio habitable.
En el mundo globalizado, cada vez mejor interconectado, las instituciones de educación superior se están viendo orilladas a replantear sus modelos de formación, de modo que puedan responder mejor a las necesidades del contexto social. Las demandas cada vez apuntan más hacia la formación de individuos que dominen los cambios tecnológicos y comprendan una gran cantidad de información disponible.
Las condiciones del ejercicio y trabajo de la enseñanza han cambiado y en las instituciones de educación superior se exige formación acorde con los nuevos tiempos. Esto significa que la enseñanza profesional no puede seguir siendo implementada como se ha hecho tradicionalmente; ahora se trata de comprender qué y para qué les va a servir cierta formación en un futuro.
Por eso es que las orientaciones principales en la enseñanza por competencias y el papel de los profesores se han resituado, en el sentido de proporcionar entornos de experiencias que faciliten la elaboración del conocimiento por parte de los alumnos; así las cosas, es claro que los veloces cambios que se están produciendo en la sociedad inciden en la demanda de una redefinición del trabajo del profesor y seguramente de la profesión docente, de su formación y de su desarrollo profesional.
Lo anterior implica un movimiento trascendental porque significa cambiar el foco de atención de la enseñanza hacia el aprendizaje, se trata de un paradigma cuyo epicentro es el alumno. Sin embargo, esta perspectiva entraña ciertos riesgos porque en algunos ambientes puede hacerse una lectura simplista y traducirse en un desplazamiento de la figura del profesor, relegando su actividad segundo plano; descuidando su formación y desarrollo profesional.
En el campo de las disciplinas del espacio habitable se han generado infinidad de preguntas: ¿cómo lograr procesos homogéneos para garantizar que los alumnos construyan su aprendizaje? ¿cómo posibilitar que, independientemente de la institución en que se forme el profesionista, éste adquiera experiencias de aprendizaje significativo que garanticen profesionales altamente capacitados? ¿es posible tener indicadores generales por área de formación a pesar de las diferentes realidades en que se forma el profesionista?
Es innegable que hay que volver la mirada a los indicadores y criterios de evaluación-acreditación para atender las necesidades de aprendizaje en las disciplinas del espacio habitable, pero no a costa de desatender las necesidades de aprendizaje de los docentes pues un cambio educativo depende de lo que el profesorado haga y piense: es tan simple y tan complejo como eso.
Así que una de los principales aspectos a reflexionar tiene que ver con la formación-actualización del profesorado; especial cuidado habrá de prestarse al contexto, las estructuras y condiciones en las que lleva a cabo su quehacer. Desde luego, mucho tiene que ver la proliferación de organismos rectores, indicadores, evaluadores o acreditadores que estudian o dictaminan sobre la calidad del profesorado. Algunos de los más relevantes y que es obligado revisar por sus sugerencias y valoraciones son:
1. La Acreditadora Nacional de Programas de Arquitectura y Disciplinas del Espacio Habitable (ANPADEH). Organismo con 14 años de experiencia, antes, Consejo Mexicano de Acreditación de Enseñanza de la Arquitectura. En su sitio web se puede revisar documentación básica como el Instrumento de Autoestudio 2016 cuyo primer punto detalla la situación del profesorado: reclutamiento, selección, contratación, desarrollo, categorización, nivel de estudios, carga académica, evaluación y promoción.
2. La Unión Internacional de Arquitectos. El mismo sitio de ANPADEH remite al de la UIA cuyo objetivo es unir a los profesionistas de la arquitectura sin ningún tipo de discriminación; de los 27 miembros presentes en la asamblea de fundación en Lausana, Suiza, en 1948, la UIA creció hasta abarcar las organizaciones profesionales en 124 países y territorios, y ahora representa, a través de estas organizaciones, cerca de 1,3 millones de profesionistas y sus orientaciones influyen en los modelos educativos de todo el mundo.
3. Otro organismo acreditador que a nivel internacional se viene fortaleciendo es el International Network for Quality Assurance Agencies in Hogher Education (INQAAHE) que reúne a más de 200 organizaciones de aseguramiento de la calidad de la educación superior, la mayor parte de ellas, agencias gubernamentales aunque cada vez hay más asociaciones civiles u empresas privadas.
Sería una paradoja que, queriendo hablar de calidad académica y profesoral, no se apliquen las exigencias internacionales a toda institución educativa que forme expertos en las ramas profesionales del espacio habitable. La cultura de aceptación de la mirada externa para que en dichos campos se valore y evalúe la formación de los profesionistas universitarios del futuro inmediato debe ser aprovechada para atender las demandas de los profesores universitarios.
Para saber más:
http://www.anpadeh.org.mx/
http://www.uia.archi/en#.VzQFc1jhBgY
http://www.inqaahe.org/
http://www.archdaily.mx/mx/766179/ranking-las-100-mejores-universidades-del-mundo-para-estudiar-arquitectura