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04cienciasbuap01Por su importancia ecológica y económica, algunas comunidades de insectos son usados como indicadores de diversidad, ya que existe una relación estrecha entre la perturbación de un ecosistema y el número de especies presentes allí. “Poblaciones de insectos más diversas revelan hábitats más sanos, mientras que los contaminados presentan baja diversidad”, detalló Gonzalo Yanes Gómez, investigador de la Facultad de Ciencias Biológicas de la BUAP.

El especialista en ecología de comunidades de insectos añadió que estos seres vivos como modelo ecológico son muy prácticos al ser abundantes y diversos; dentro de éstos los escarabajos son los más cuantiosos, variados y con un tiempo de vida corta -una semana-, por lo que se prestan para estudios intensivos y de análisis de las comunidades.

Para detectar perturbaciones de origen humano en diferentes ecosistemas, el académico realiza diversos proyectos al respecto, en los cuales involucra a tesistas de la Licenciatura en Biología y del posgrado en Ciencias Ambientales. En uno de ellos se analizó la riqueza y abundancia de coleópteros Scarabaeoidea en Santo Domingo Huehuetlán, en un bosque tropical caducifolio y zona agrícola.

“Tras la colecta de mil ejemplares de adultos de 52 especies, se encontraron 23 especies indicadoras en bosque y 21 en zona agrícola. Es decir, la composición de especies en ambas comunidades es parecida y el efecto antrópico sobre el bosque como resultado de las actividades agrícolas aún es mínimo”, explicó.

Yanes Gómez, doctor en Ciencias Ambientales por el Instituto de Ciencias de la BUAP, dio a conocer que un trabajo más se realizó en el estado de Veracruz con el estudio de copro-necrófagos, en un rancho cerca de Córdoba con muestreos mensuales de Scarabaeidae, en selva perennifolia y potrero. En este se obtuvieron 560 individuos de 18 especies y se concluyó la existencia de una mayor riqueza y abundancia en selva que en potrero.

Un tercer trabajo se enfocó en una sola subfamilia indicadora de diversidad: Scarabaeinae, en la cuenca Atoyac-Tehuitzingo en Puebla. Se efectuaron salidas de campo a cuatro localidades, las cuales presentan un gradiente de perturbación decreciente de norte a sur. “Se apreció un patrón de riqueza y diversidad creciente hacia el sur. La riqueza de especies indicadoras puede ser sensible a la perturbación de la vegetación en esta subcuenca”, detalló el investigador.

De esta manera, los escarabajos se convierten en indicadores biológicos útiles y económicos de evaluación de la calidad de un ecosistema, ya que ante la mínima alteración de su hábitat cambia su distribución.

Gonzalo Yanes Gómez puntualizó que otros proyectos en proceso realizados en el estado de Puebla son la diversidad y abundancia de Lamelicomios en zona agrícola y matorral xerófilo secundario en Tepexi de Rodríguez; una comparación de la zona agrícola y selva baja caducifolia secundaria en los Bienes Comunales de San Mateo Mimiapan y en zona agrícola y selva baja caducifolia secundaria en Escape de Lagunillas.

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