En este mes de junio arranca el primer paso del Sistema Universal de Salud en México, con el que una persona podrá ser atendida en hospitales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS); del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE); y de las Secretarías de Salud federales y estatales, sin importar a cuál de estas dependencias se encuentran afiliadas.
Es decir, los pacientes del Seguro Popular que no puedan ser atendidos en los hospitales de las secretarías de Salud federal o estatales serán transferidos incluso a instituciones del IMSS, del ISSSTE o viceversa, pero solo si tienen pancreatitis aguda, neuropatía diabética, por una cirugía de miomectomía, sustitución total de cadera y de rodilla, así como la atención al labio paladar hendido.
Dicha reforma tiene como objeto aprovechar y compartir la infraestructura existente, el equipamiento médico y disminuir costos.
O al menos eso es lo que plantean la mencionada reforma, que dicho sea de paso estuvo en la congeladora por varios meses, después de que fue presentada por parte del PAN, sin que se expresara el motivo para ello. Probablemente nuestros legisladores pensaron que había otras reformas más apremiantes que analizar y resolver, o quizás el caso Ayotzinapa los tenía mayormente ocupados (o preocupados); que no quisieron dar paso a esta nueva reforma privatizadora que les podría generar un nuevo descontento social.
Sin embargo, el Seguro Nacional de Salud Universal, es una trampa para eliminar la seguridad social ya que éste será usado con los servicios que abarca el Seguro Popular (SP), esto significa que los derechohabientes del IMSS perderían la mayor parte de su cobertura médica o tendrían que pagar un seguro adicional, público o privado.
Puesto que recordemos que las “prestaciones” del Seguro Popular no son las mismas que las del IMSS o ISSSTTE y que dicho seguro se mantiene de cuotas “voluntarias” para accesar a la atención médica. Entonces si se van a universalizar las prestaciones para todos los derechohabientes de este Seguro Universal, y los mismos solo tiene cobertura a los servicios anteriormente mencionados, entonces que va a pasar cuando un asegurado por el IMSS o ISSSTE requiera una atención más especializada.
Recordemos que el Consejo Técnico del IMSS acordó subrogar al sector privado la atención a enfermos renales y diabéticos y anuncio la eliminación de la categoría de intendencia.
Se supone que el espíritu de esta reforma es otorgar una igualdad al derecho a la salud y a la seguridad social, que tienen todos los mexicanos, pero y que pasa con las cuotas, también se van a homologar o se pagara igual o más por un servicio más restringido.
Ni duda cabe, que ésta cobertura universal del mencionado seguro, viene a representar el tiro de gracia al Derecho Humano a la Salud de todo individuo, ya que si osaré un mexicano sufrir una enfermedad crónico degenerativa, éstas lamentablemente, no entran en el cuadro de cobertura del mismo, entonces todo lo que se necesite para su atención será a costas del “asegurado”. Vaya usted ahorrando para sus diálisis, cirugías, tratamientos para cáncer, hipertensión, etc.