Hoy estoy muy contenta de empezar a escribir para ustedes, en esta columna titulada “La salud según Lilia”, platicaremos sobre diversos temas que tienen que ver con la pérdida de la salud o bien con la conservación de la misma.
Bueno comenzaremos por el principio como dijera Elliot mi hijo adoptivo gringo “one by one” traducido al castellano no coman ansias será de uno en uno.
Empezaremos por definir qué es la salud, seguramente algunos de ustedes se proyectaron feamente y luego “lueguito” pensaron en los brindis, pero no hablaremos de esa salud, sino de la otra que fácilmente perdemos y difícilmente conservamos.
Los estudiosos del tema dicen que la salud no es sólo la ausencia de signos y síntomas de la enfermedad sino el completo estado de bienestar físico, mental, social, económico de un individuo.
Obviamente con esta definición está peliagudo que uno esté sano, porque aunque el cuerpo esté funcionando como maquinita si el cerebrito anda mal y mentalmente nos falta algo (no lo nieguen, seguramente recordaron a algún carnal que se ve muy bien pero tiene una mente más retorcida que un cuerno de chivo) definitivamente sanos lo que se dice sanos, no estamos.
Por otra parte podríamos estar física y mentalmente bien, pero si nuestro bolsillo anda penando y apenas nos alcanza para satisfacer las necesidades primarias, tampoco estaremos sanos, y si vivimos en una sociedad enferma tan solo de oír las noticias diarias segurito nos vamos a enfermar.
Existen otras definiciones de salud, una que ve la salud desde el punto de vista ecológico (que conste que no es propaganda política) esta definición dice que la salud es el estado ecológico de adaptación del organismo humano frente al ambiente total eternamente cambiante.
Esta definición nos dice que la salud es el resultado de que nuestro organismo se adapte, por ejemplo, al ambiente contaminado, es decir que aunque estemos respirando chorros de smog podemos evitar que nos dé una alergia o un cáncer; o aunque estemos consumiendo alimentos ricos en carbohidratos o azúcares nuestro cuerpo tendrá la capacidad de no contraer diabetes, síndrome metabólico o bien obesidad; o aunque haya muchísimo ruido en el ambiente no me provoque sordera:
Así podemos seguirle, y aunque la esposa, esposo, pareja, novio o novia, hijos, amigos y demás congéneres estén de plano histéricos nosotros debemos mantenernos ecuánimes y hasta los amemos, etc, ejemplos hay muchos que pueden alterar nuestra salud.
El concepto medio ambiente no se refiere únicamente al natural sino también al entorno social o al microambiente.
El estrés es por ejemplo la respuesta (mala) de nuestro organismo al ambiente que nos rodea, esto incluye el ambiente del hogar, el laboral, el escolar entre otros, de ahí que siempre salgamos con las conocidas frases “me estresa el tráfico, me estresa la maestra fulana, me estresa el ruido que hacen los vecinos y así a cada uno nos estresan diferentes situaciones relacionadas con nuestro entorno.
Como se dieron cuenta en nuestros días está cañón estar sano, sin embargo podemos hacer esfuerzos por conservar nuestra salud y espero que esta columna les ayude un poquito en esta labor y si no es así, al menos se diviertan un poco leyéndola, así que, aquí nos estaremos encontrando.
Por cierto la columna se llama así, no porque adore mi nombre que dicho sea de paso yo ni lo escogí pero es un reflejo de cómo veo la salud y sobre todo la vida. Siempre quise escribir la isquemia según Lilia pero como no se me ha hecho, pues ahora será “La salud según Lilia”.
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