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Cara para Athletic, Cruz para la Real Sociedad

05nado01Las nadadoras mexicanas están felices por lo que acaban de hacer. Orgullosas de representar a su país en los Juegos Olímpicos París 2024, a pesar de no haber ganado una medalla. Están unidas como equipo y se sienten como hermanas. Están satisfechas con lo que han logrado, de la manera en que han escrito su historia en el deporte mexicano.

La alberca del Centro Acuático de Saint Denis luce a tope. Cientos de banderas se conjugan en una misma como si quieran armar un equipo fuerte, invencible y lleno de vitalidad. Las gradas están en su punto culminante y vibran de emoción.

Es la final olímpica de natación artística -con el programa acrobático- en donde China es el equipo a vencer. Estados Unidos se asoma como quien esconde un secreto y España sale convencida de que hay algo importante por hacer. México cree en su capacidad y en su fortaleza de cada una de sus integrantes.

Regina Alferez, Fernanda Arellano, Joana Jiménez, Samantha Rodríguez, Jessica Sobrino, una de las acróbatas del equipo, Pamela Toscano, Nuria Diosdado, la capitana, y desde luego Itzamary González, quien inicia su aventura en París. En Saint Denis.

Saint Denis es un comuna francesa que se erige a las afueras de la capital francesa y que es conocida en el deporte por el Stade de France, que albergó la Copa del Mundo de Futbol de 1998 y que ahora es casa del equipo de Rugby local y además guarda parte de la historia de ocupación alemana en 1940.

En este territorio francés es como ocho chicas mexicanas se han aventurado a escribir un capitulo más en su historia. Es el mismo número de equipos que por tres días han iniciado la batalla por la supremacía en un deporte que combina sutiliza, delicadeza y fuerza con la música. Algunos lo llaman ballet acuático.

Australia y Egipto dan una probadita de lo que se presentará en la alberca. Italia y Francia aumentan el asombro, mientras España, que desea otro podio como en Londres 2012, y Canadá, que tiene el sueño palpable, descubren lo que hay en cada mirada de los jueces.

Más aún Japón trata de describir su rutina, y luego México, con aquellas ocho jovencitas que han trascendido desde antes de llegar a Saint Denis. Oro en la Copa del Mundo, cuarto sitio en el Mundial de Fukuoka del año pasado y un sinfín de anécdotas por contar.

Las mexicanas lucen en el programa acrobático, el último de la serie y que puede dar más. Joana Jiménez descubre el firmamento, Jessica Sobrino vuela de emoción e Itzamary González acepta el reto y rompe el poco viento que se siente en la alberca. Las gradas arden de emoción.

Las mexicanas ensordecen el Centro Acuático desde su aparición. El programa recrea pasajes de aquellos momentos míticos de la historia mexicana. De una diosa que ofrece un ritual ancestral.

La noche anterior a la final pudo dormir, no pensó tanto en la competencia, pero sí en cómo debía salir. Estuvo tranquila y decidió no meterse esa idea más en la cabeza.

Se lanzaron a la alberca y cada una de ellas sólo hizo lo aprendido. En tanto sólo unos minutos se resumió horas de repeticiones, pero al final valió la pena.

Su rutina acrobática recibió 263.4567 para un quinto sitio, que sumado en la rutina técnica de 242.9491y en la libre con 347.3874 dieron como resultado 853.7932 unidades. Al final de la competencia, México fue séptimo. La ausencia de Rusia marcó la diferencia.

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