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- Puebla, Pue. México.

19Aunque pareciera que el Movimiento de 1968 fue una derrota para los estudiantes que participaron, por la matanza de Tlatelolco y porque no se cumplió ninguno de los puntos de su pliego petitorio, en realidad este episodio de la historia mexicana abrió la puerta a libertades y derechos sociales que hoy disfruta la sociedad. En esto coincidieron los participantes en el diálogo “México en el 68”, realizado en la FIL.


Héctor Aguilar Camín, Gilberto Guevara Niebla, Salvador Martínez della Rocca y Sergio Zermeño coincidieron en que 1968 fue resultado de distintos movimientos contraculturales y levantamientos sociales como reacción ante un régimen sumamente represor.

“El movimiento hizo eclosión después de una política excesivamente represiva de Díaz Ordaz”, señaló Martínez della Rocca, mejor conocido como “El Pino”, uno de los líderes del movimiento, quien recordó que varias huelgas universitarias fueron aplastadas a sangre y fuego por el ejército.

“También empezamos a buscar enfrentar a esa cultura sexual victoriana. Fueron pasando muchas cosas. ¡Luego llegó Elvis Presley, que era el rey, carajo! Los Beatles, y los Rolling Stones. Sin esa atmósfera cultural que estoy sintetizando, el 68 no se hubiera explicado”, añadió “El Pino”.

Gilberto Guevara Niebla, preso político de 1968 a 1971, declaró que el sistema corporativo de dominación presidencialista y el régimen autoritario, durante la década de los 60, practicó la represión de manera sistemática.

“La sucesión de actos represivos del Estado de 1949 a1968 es abrumadora, y en los años 60 lo que vemos es la emergencia de un movimiento estudiantil como un acto social muy importante. Hubo huelgas estudiantiles en muchas partes del país, en Guerrero, Tabasco, Veracruz, Sonora, Chihuahua y Michoacán. Por todas partes y en todo el país estallaban huelgas”, agregó Guevara Niebla.

El escritor Héctor Aguilar Camín aclaró que no participó directamente en el 68; sin embargo, lo ha documentado. Recordó que ese año tuvo como colofón la cercanía de los juegos olímpicos.

“El país vivía un cambio vertiginoso y una revolución de las costumbres, muy difícil de notar, pero que hizo muy claro el movimiento del 68. Había simplemente una ruptura de sensibilidad de valores y desviaciones entre los jóvenes de México y los adultos, en particular por los mayores que gobernaban México y cuyos procedimientos han descrito tan bien Gilberto y El Pino”, narró Aguilar Camín.

Sergio Zermeño, que estudió Sociología en la UNAM, admitió que quienes participaban en el movimiento eran “unos demócratas primitivos”, que aunque se hicieron llamar “Movimiento Estudiantil Popular por la Libertad Democrática”, tenían conceptos distintos de lo que es democracia.

“Los jóvenes de las prepas, de las vocacionales del centro de la ciudad fueron los que echaron a andar el movimiento con una alegría extraordinaria. Eran las noches de las barricadas, de aventarle piedras a los policías y quemar camiones. Era fantástico, era el movimiento estudiantil”, dijo Zemeño.

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