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- Puebla, Pue. México.

05uvm01El confinamiento prolongado que provocó la Pandemia de COVID 19 ha ocasionado consecuencias en toda la población, pero en particular, en los niños y adolescentes, muchos de los cuales comenzaron a mostrar dificultades para concentrarse y, posiblemente, un leve retraso en el desarrollo cognitivo, afirmó el Mtro. Carlos Hurtazo, docente de la Universidad del Valle de México, Campus Querétaro.

Desde hace algunas semanas los semáforos epidemiológicos comenzaron a transitar a naranja, amarillo y verde en distintas partes del país, incluso, este 7 de junio se estableció el regreso a clases para algunas entidades. No obstante, el confinamiento y aislamiento se prolongó casi de manera general por aproximadamente un año y tres meses.

En días pasados, al dar la conferencia en línea el “Impacto Biopsicosocial en menores durante la contingencia” a estudiantes, docentes y padres de familia de la comunidad UVM de Campus Querétaro, el académico indicó que, a nivel mundial, se calcula que son 168 millones de niños los que dejaron de asistir a las aulas de clase o que lo hicieron de manera intermitente. En México, son 33 millones de estudiantes los que se mantuvieron o mantienen aún en casa con clases a distancia.

“Hay diferentes estudios que han tratado de determinar en otras pandemias qué es lo que ocurre cuando hay un aislamiento social; lo que se ha observado, es que los factores que más se ven afectados es el bienestar físico y psicológico de los estudiantes”, comentó.

“La incertidumbre por el retraso académico generado durante este año nos puede dar lugar a ataques de ansiedad, o crisis de angustia que, de continuar, se pueden convertir en trastornos de pánico y estrés postraumático. Hay diferentes estudios que han demostrado que en otros eventos en donde la gente se tiene que aislar socialmente, posterior a estos eventos queda un estrés postraumático; son estudios que se han realizado en China, Alemania, Inglaterra, Estados Unidos y en España. En España concluyeron que el 89% de los niños presentaban alteraciones conductuales o emocionales como resultado ya del confinamiento”, manifestó.

El académico de tiempo completo en la Escuela de Ciencias de la Salud de la UVM Campus Querétaro desde hace 12 años, es maestro en Neurobiología y Neuropsicología, con experiencia docente de 16 años en el área de Neurociencias y Psicología, su área de estudio son las determinantes sociales de la salud mental y los factores cognitivos que determinan el desempeño académico en estudiantes.

Añadió que en los niños es muy claro que el aislamiento comenzó a provocar pesadillas, terrores nocturnos, miedo a salir a la calle o a que sus padres regresaran al trabajo, irritabilidad, hipersensibilidad emocional, apatía, y nerviosismo.

El Mtro. Carlos Hurtazo comentó que detectó resultados muy contundentes del confinamiento que muestran que, efectivamente, ha tenido un efecto sobre la salud mental de niños y adolescentes. “Los menores con psicopatologías previas, como ya lo había comentado, o con alguna discapacidad, van a requerir mucho mayor atención o aquellos quienes viven en la pobreza, ellos son mucho más susceptibles a tener problemas psicológicos debido a la contingencia”, agregó.

También, dijo, aquellos que hayan estado consumiendo previamente sustancias, drogas, tanto legales como ilegales, se puede condicionar a que aumente la ingesta.

Las investigaciones, agregó el docente, apuntan a que la inasistencia a los centros escolares, así como el bajo control de los padres de familia sobre los niños y adolescentes– por la necesidad de salir a trabajar y dejarlos desatendidos-, propiciaron problemas en el uso de las nuevas tecnologías y se comenzaron a asociar con alteraciones del sueño. Otro efecto del aislamiento y el uso de dispositivos puede ser el sobrepeso “porque obviamente los niños ya no están haciendo ejercicio ni las actividades que solían hacer y también se empiezan a dar fenómenos de adicciones a la comida”.

Sin embargo, agregó, no todo son malas noticias, pues la importancia de tener detectados estos problemas es que existen recomendaciones para prevenirlos. Para ello, la UNICEF ha dado una serie de sugerencias que los padres de familia pueden seguir para poder revertir todas estas consecuencias que se han mostrado en los niños y en los adolescentes debido al confinamiento, considerando que no todos reanudarán clases presenciales este 7 de junio.

 

Recomendaciones (UNICEF):

En correspondencia con la edad del menor, explicar adecuadamente la realidad del fenómeno y la necesidad del cumplimiento de las medidas indicadas.

Expresar y compartir emociones, ideas y acciones convenientes para afrontar el coronavirus, con un máximo de 1 hora al día.

Enseñar medidas de cuidados y disciplina; eliminar el miedo como medio de precaución.

Mantener comunicación frecuente con familiares y amigos.

Diseñar formas de estudio, trabajo, deporte, convivencia, distracción y diversión en el hogar y a distancia.

Aprender y enseñar temas o habilidades de interés.

Acudir a un profesional de salud mental ante cualquier señal de alarma del menor y de sus padres.