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- Puebla, Pue. México.

07unam01Hoy en día las criptomonedas están en el centro de una tormenta a consecuencia del fraude de aproximadamente 10 mil millones de dólares cometido en contra de inversionistas y clientes por Sam Bankman-Fried, fundador de la plataforma de intercambio de criptomonedas FTX, con sede en Bahamas. Pero ¿qué son y para qué sirven?

Por lo que se refiere al escándalo de FTX, luego del cual 5.35 por ciento del mercado del bitcoin se vino abajo, el académico explicó que la debacle de esta plataforma se debió a la inexistencia de un cuerpo directivo bien formado, a los malos manejos de los fondos de los inversionistas y clientes, y, sobre todo, a la falta de una estructura de buenas prácticas en un gobierno corporativo.

“Con todo, es muy difícil que las criptomonedas desaparezcan. Sin duda seguirán vigentes un largo tiempo. Con ellas ya se realizan muchas operaciones en la web, a pesar de que, a excepción de El Salvador, ningún país les ha dado curso legal ni una base en oro, plata o diamantes que las ampare. Ahora bien, yo recomendaría fomentar el hábito del ahorro y ahorrar en instrumentos formales, o sea, dentro del sistema financiero establecido. Pero si alguien quiere invertir en alguna criptomoneda, le diría entonces que se asesore con un especialista”, sugirió Wolf del Valle.

 

¿Quién las regula o controla?

Las criptomonedas no se crearon específicamente para cometer fraudes o actos ilícitos, pero pueden ser utilizadas con esos fines porque poseen características particulares: no están reguladas ni controladas por ninguna institución estatal o privada, y se mueven en un ámbito digital.

“Al poco tiempo de que apareció el bitcoin, por ejemplo, se dijo que era utilizado para la compra de armas y el tráfico de personas, precisamente porque no está regulado. Esto es contradictorio porque la idea original consistió en que el manejo de las criptomonedas fuera autogestivo y descentralizado, pero estas características, en sí mismas, son las que permiten que se cometan fraudes o actos ilícitos con ellas. Por eso, ya han sido sometidas a varios intentos de regulación, pero en realidad se ha avanzado poco en este terreno”, resaltó el especialista del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, César Duarte Rivera.

Al igual que la economía de México, El Salvador depende en gran medida de las remesas que migrantes salvadoreños envían a sus respectivas familias desde Estados Unidos. En ese sentido, el bitcoin podría ser una buena opción para efectuar esas transferencias, ya que las comisiones que cobran las empresas por realizarlas son altas (incluso, las interbancarias internacionales también resultan caras).

El desplome de su valor en 70 por ciento, en lo que se ha llamado “el criptoinvierno”, afectó a quienes tenían bitcoins en El Salvador y otros países, y le pegó duro a las finanzas de esa nación centroamericana porque una parte considerable de los recursos de su gobierno se invirtió en bitcoins, enfatizó.

En opinión de Duarte Rivera, lo que actualmente ocurre con FTX recuerda lo sucedido durante la crisis financiera de 2007-2008 en Estados Unidos. “Se está cumpliendo, casi al pie de la letra, el paradigma que el economista estadunidense Charles P. Kindleberger expuso en su libro Manías, pánicos y cracs. Historia de las crisis financieras (1978), esto es que las burbujas financieras responden a una secuencia. Ahora bien, en el caso de FTX, las prácticas fraudulentas desempeñaron un papel esencial”.

De acuerdo con el universitario, cualquier inversión en criptomonedas implica un riesgo. “Yo no gastaría en ellas. Pero quienes sí quieren hacerlo les recomendaría que no inviertan en nada que no estén dispuestos a perder, que en el momento en que decidan entrar en el mundo de las criptomonedas lo hagan con la misma actitud con la que entrarían en un casino: sabiendo que pueden ganar mucho dinero, pero también perderlo todo”.