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- Puebla, Pue. México.

07upaep01El mundo se encuentra en la era del Antropoceno, caracterizada por cómo la actividad humana ha alterado el discurrir de la naturaleza a niveles catastróficos. Distintas voces coinciden en que a partir de la segunda mitad del siglo XX la devastación del sistema Tierra despuntó de forma meteórica como producto de la sobrepoblación, el extractivismo de recursos y la emisión desmedida de contaminantes, entre muchos otros factores.

Bajo esta mirada y en el marco de la Semana Laudato Si’, el Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente Xabier Gorostiaga, SJ (IIMA) de la IBERO Puebla organizó la conferencia Ecología integral y el cuidado de la Casa Común a cargo de Emmanuel Poretti, presidente de la Fundación Ecoceno.

En palabras del especialista, la emisión de gases de efecto invernadero tiene responsabilidades diferenciadas. De acuerdo con Oxfam, el 50% de los contaminantes son producidos por el 10% de la población más rica del mundo. Esto llevó a Poretti a cuestionar el modo de vida imperial que ha entorpecido los procesos de restauración de la biósfera.

“Venimos arrastrando un modelo con la idea del progreso, lo que no es más que una traducción del actual modelo de desarrollo”. Como contraposición a la mirada hegemónica basada en el capital, la ONU propuso los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. Allí se incluyen asuntos como seguridad alimentaria, sustentabilidad y equidad de género. Apuntó el investigador de Ecoceno.

Uno de los discursos críticos emanados desde la Iglesia católica en materia ambiental es la encíclica Laudato Si’ publicada por el papa Francisco en 2015. El texto recupera las recomendaciones de instancias como los Acuerdos de París para que la humanidad no rebase el incremento de la temperatura global más 1.5 °C, mismas que distan de haberse cumplido.

Según el Santo Padre, “el capitalismo es terrorismo básico. Este sistema mata”. Para trascender los daños a gran escala, Poretti destacó la importancia de adoptar un estilo de vida sustentable que no caiga en un efecto rebote. Esto es, que las actitudes amigables con el planeta no deriven en otras formas de dejar una amplia huella ecológica: consumir mejor, pero también menos.

Francisco denuncia el modelo económico actual, expone las consecuencias de la crisis socioambiental y convoca a hacerse cargo de los dolores de los descartados. “Debemos abandonar la idea de que la ciencia va a salvarnos y que mientras tanto debemos seguir nuestra vida como si nada”, desarrolló el activista.

La Laudato si’ encuentra su eje en el concepto de ‘ecología integral’. De acuerdo con el obispo de Roma, todos los ejes de la vida están conectados: la búsqueda del placer material conduce inevitablemente a “desiertos internos y externos”. La encíclica expone que la llamada ‘modernidad ecológica’ dista de contribuir al cuidado de la casa común, sino que maquilla de verde un modelo de desarrollo insostenible.

Emmanuel Poretti destacó el papel de la desobediencia civil, encabezada especialmente por personas adolescentes y jóvenes que buscan formas de organización para la transformación social. Los desafíos a escala estructural, explicó, deben solucionarse a partir de una pluralidad de voces que sea capaz de imaginar nuevas y mejores formas de vivir.

Al mismo tiempo, exhortó a pensar en formas alternativas de hacer economía que conduzcan a la libertad de las personas y a la cooperación. “La universidad tiene un rol protagónico en la validación de nuevas estrategias para una ecología integral”. El activista recomendó a los formadores en ciencias ambientales desprenderse de los saberes instrumentales y virar hacia perspectivas más integrales que miren al planeta como un hogar.

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