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- Puebla, Pue. México.

05ibero01La historia del mundo es la historia del cambio. Para los seres humanos, el proceso de adaptabilidad a las fluctuaciones del entorno ha trascendido los aspectos biológicos para ser aplicado en los procesos de producción y organización social. Así, el mundo de los negocios percibe la transformación como parte de la voluntad de avanzar.

Para el Mtro. Ricardo Guerrero Ayala, director de Recursos Humanos, Cultura & Diversidad de Volkswagen México, la adaptación es un efecto derivado de la búsqueda de una nueva oportunidad de negocio. “Si queremos ser exitosos no solo tenemos que adaptarnos. Después de un cierto periodo, tenemos que volver a aprender. Es un ciclo que nunca acaba”.

El experto enfatizó con el alumnado del Departamento de Negocios de la IBERO Puebla que la actitud frente a los contextos convulsos es un factor diferencial que puede trascender las competencias profesionales y la posición socioeconómica. El aprendizaje, continuó, requiere de una apertura permanente a cambiar y aprovechar las condiciones del entorno.

La COVID-19 ha acelerado la evolución de los negocios hacia nuevos horizontes: el teletrabajo, la automatización y la digitalización de los quehaceres cotidianos. Pese a ello, muchas empresas se mantienen reticentes al cambio. De acuerdo con el Foro Económico Mundial, el 78% de los lugares de trabajo consideran que habrá impactos negativos si se continúa con trabajo a distancia.

Para hacer frente a la incertidumbre de empresas y colaboradores será necesario desarrollar los niveles de bienestar con base en las nuevas dinámicas de trabajo. Al mismo tiempo, el sentido de pertenencia jugará un papel fundamental en la consolidación de equipos de trabajo resilientes y productivos. “Lo que separa a las personas mediocres de las exitosas es un espacio y una palabra: no es lo mismo hacer lo posible que hacerlo posible”, recalcó Guerrero Ayala.

 

La ventana digital

Nada expresa el progreso como la automatización. Antes de la pandemia, Microsoft estimó que para 2025 cerca del 95% de las interacciones entre empresas y clientes se realizarán a través de la inteligencia artificial (IA). Las necesidades de bioseguridad han supuesto un salto cuántico en el uso de la tecnología de punta para la vida cotidiana y los negocios que no se detendrá.

Como explicó el Mtro. César Haidar González, director general de Datalogyx, la IA se rige por tres ejes básicos desarrollados a lo largo de sus 70 años de existencia. El aprendizaje automático permite entrenar a las máquinas para que puedan aprender datos sin necesidad de programación.

Por su parte, el aprendizaje profundo consiste en una serie de algoritmos que permiten reconocer patrones con base en una gran cantidad de datos históricos. A diferencia del aprendizaje automático, el deep learning realiza la extracción de datos de manera independiente. La innovación más reciente se encuentra en el procesamiento natural del lenguaje, la facultad que permite que las máquinas comprendan el lenguaje humano de forma oral y escrita.

Contrario a los mitos populares, el experto ve con buenos ojos el uso de IA en el campo laboral. “Todavía no se ha creado un sistema que llegue a desplazar al ser humano. Hay que aprovechar las ventajas que nos da la inteligencia artificial en nuestro campo profesional”, aclaró.

Un enfoque con el cual se puede sacar provecho de esta herramienta se centra en la experiencia del cliente con productos y servicios. Un uso adecuado de la IA puede ayudar a construir lealtad, aumentar las utilidades, mejorar la satisfacción del cliente, crear ventajas competitivas e impulsar las ventas.

Con base en su experiencia colaborando para Google, Haidar González compartió algunas formas en las que la IA es aplicada en los negocios de vanguardia. Destaca la generación de contenidos publicitarios hiperdirigidos, la oferta individualizada de productos y servicios y el uso de asistentes por voz y chatbots que interactúen con los clientes de forma inmediata y útil.