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- Puebla, Pue. México.

05ibero01Para los padres fundadores de Estados Unidos era indispensable que la democracia naciente incluyera el modelo británico de representación, el cual dio pie a la creación del excepcionalismo americano, una intersección entre la tradición del derecho romano y de las encomiendas judeocristianas. De ahí nació el Colegio Electoral, una instancia que da forma a un proyecto en el que gana el federalismo por encima de la democracia directa.

En la actualidad, las elecciones se determinan por la obtención de puntos estatales, no por el voto popular. En 2016, por ejemplo, Donald Trump ganó el voto electoral, pero perdió el popular. Así lo recordó el Dr. Abelardo Rodríguez Sumano, académico de la IBERO Ciudad de México-Tijuana, durante una conferencia organizada por el Consejo Estudiantil Representativo (CER) de la Licenciatura en Relaciones Internacionales de la IBERO Puebla.

De manera teórica, explicó el catedrático, las reglas de la democracia son poder tener un órgano que dirima el conflicto y otro que organice las elecciones, esto con el fin de que sea el voto el que determine el triunfo del próximo presidente de los Estados Unidos.

Con ese paradigma, Donald Trump se constituye como un antagonista de la democracia, lo cual pone en tela de juicio la continuidad de las instituciones con más de 200 años de existencia. Tras el inicio de las campañas en septiembre, hay amenazas por parte del actual mandatario de desconocer la elección debido a que, a este punto, las encuestas no le favorecen.

De igual manera, la aparición de la pandemia descarriló la posibilidad de obtener buenos números en las encuestas. A eso se suma el proceso de juicio político (impeachment) en su contra, el desmantelamiento del servicio de salud y la postura de rechazo al trabajo científico.

En el primer debate, observó Rodríguez Sumano, el aún presidente sondeó la posibilidad de que exista un fraude debido a la modalidad de voto por correo, lo cual ha minado al sistema electoral.

“En este momento está en juego el sentido republicano de los Estados Unidos, la democracia y la posibilidad de un conflicto poselectoral”, mismo que podría derivar en que sea la Corte Suprema de Justicia la que emita el resultado final.

Por su parte, durante la segunda tertulia ─menos atropellada que la anterior─ Trump descargó la responsabilidad de su llegada a la Casa Blanca en la administración Obama-Biden, denunciando que su contrincante y el expresidente tuvieron una mala gestión en términos generales.

Reconoció que Joe Biden, con 47 años en la vida política, es el intento demócrata por reconstruir el tejido social. “Es un candidato moderado que va a buscar al centro a los Estados Unidos”. Para actores políticos como Barack Obama, se trata del mejor vicepresidente en la historia del país vecino.

En ese sentido, destacó el rol de Kamala Harris en el repunte de las preferencias electorales, pues la exsenadora ha mostrado una actitud centrada que busca recuperar algunos aspectos de la administración Obama. Además, su condición de mujer negra hija de migrantes le da un posicionamiento importante entre los actores progresistas.

Abelardo Rodríguez advirtió que es posible que el presidente Trump permanezca en el cargo sin ganar. Por ello, el voto popular y el voto electoral tendrían que ser contundentes para que el empresario deba asumir su derrota.

“Es la elección más importante en la historia de aquel país, tendrá impacto en la correlación entre los tres poderes de la nación y lo que se ha identificado como una democracia modélica, hoy se está desquebrajando”, sentenció.

Durante la sesión de preguntas, esclareció que en 2016 hubo una postura radical de rechazo hacia ambos partidos por parte de los votantes jóvenes. Cuatro años después se ha presentado una mayor participación debido a que estos sectores han percibido un ataque directo por parte del poder ejecutivo.

En ese sentido, la candidata a la vicepresidencia por el partido demócrata jugará un papel crucial: si bien la imagen de Biden es más conservadora y distante, Kamala Harris puede suponer un contrapeso a la solemnidad del candidato que podría ser del desencanto de los más jóvenes.

Agregó que las encuestas son indicadores que dan una aproximación del clima sociopolítico, pero no determinan el triunfo de los candidatos. Esto se debe, entre otros aspectos, a los diferentes enfoques metodológicos que cada medio utiliza. Del grueso de las encuestas estadounidenses, hay una diferencia del 10% en las preferencias entre Biden y Trump a favor del demócrata debido a la coyuntura del país y el mundo.