banner a1

logo

banner l

- Puebla, Pue. México.

10La pandemia no sólo afecta a la salud pública, sino a las dinámicas sociales y a la economía. No hemos tenido el tiempo para hacer un análisis profundo de la situación debido a que estamos transitando el problema. Además, existen diversas burbujas informativas en torno a la crisis sanitaria.

Al mismo tiempo, la crisis económica supone una oportunidad para promover modelos más amigables con el medioambiente. En el webinario Economías verdes. Una mirada positiva a partir de la crisis originada por el COVID-19, organizado por el Doctorado en Administración de la IBERO Puebla, la Mtra. Elvia Pilar Rodríguez Cely cuestionó si la crisis económica es producto de la pandemia o si ya existía, pero fue potenciada por la COVID-19.

Como antecedentes, indicó que ya existían crisis financieras asociadas a la financiación y el endeudamiento; en el rubro sociopolítico, la desigualdad, la precariedad y la destrucción del tejido social; y en medioambiente, riesgos tecnológicos, cambio climático y deterioro de los ecosistemas. “La globalización también ha supuesto sobreexplotación de recursos naturales y sobreproducción de bienes de consumo”.

Recordó que, desde finales del siglo XX hasta la actualidad, se han presentado diferentes epidemias. El brote de ébola en 1995 fue un parteaguas para consolidar el rol de la Organización Mundial de la Salud (OMS) como instancia internacional. Con la aparición del primer SARS en 2003 se realizó un reglamento sanitario global. Además, se comenzaron a reconocer los impactos económicos de las enfermedades.

El surgimiento del virus H1N1 en 2009 representó una fuerte crítica hacia la OMS al considerar que la socialización de las medidas de precaución fue alarmista y poco precisa. El segundo brote del ébola (2014-2016) significó que las epidemias fueran consideradas enfermedades prioritarias, lo cual se alertó a las naciones sobre posibles pandemias provocadas por virus desconocidos.

Riesgo económico y social

La crisis ambiental por la destrucción de ecosistemas vitales tiene un alto impacto. En concreto, reprobó los procesos de consumo y comercio de animales exóticos, mismos que, al no llevarse a cabo adecuadamente, potencian la zoonosis y el surgimiento de enfermedades más complejas.

Otros factores de riesgo incluyen la desigualdad social potenciada por el creciente desempleo y los altos índices de pobreza, la falta de legitimidad de los gobiernos y las guerras comerciales, así como las previsiones de crecimiento débiles para este 2020. “La recesión mundial causada por la COVID-19 supondrá un desplome económico sin precedentes, incluso considerando la crisis de 2008 o la Gran Depresión de 1929”.

Sobre las acciones para contener este trance, la experta indicó que, desde lo macroeconómico, es indispensable aumentar el gasto público en temas de salud; proteger los ingresos de los más vulnerables; apoyar a las empresas; mantener el empleo, y preservar el tejido productivo.

Desde lo microeconómico se debe estructurar el teletrabajo para optimizar presupuestos; explorar nuevos mercados; dar atención a clientes para reforzar la fidelidad de los mismos; capacitarse en las tendencias virtuales; incentivar la creatividad, y mejorar hábitos personales