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- Puebla, Pue. México.

03ici01Durante la presidencia de Donald Trump, la política comercial internacional de los Estados Unidos adquirió rasgos proteccionistas con la imposición de aranceles y restricciones al comercio, afirmó el doctor Derzu Daniel Ramírez Ortiz, especialista en relaciones internacionales al participar en la Cumbre de Asuntos Internacionales y Gobiernos Locales, organizada por el Instituto de Ciencias Jurídicas de Puebla.

Recordó que en el 2018 el gobierno norteamericano estableció aranceles por un valor de 360 mil millones de dólares en contra de las manufacturas como teléfonos celulares, computadoras, juguetes y materias primas provenientes de China.

Pero también contra materia prima como el acero y aluminio proveniente de Canadá, México, Unión Europea y Japón.

El año pasado los aranceles alcanzaron los 7 mil 500 millones de dólares contra productos agroalimentarios provenientes de la Unión Europea.

Pero en este año hubo una reimposición de aranceles contra el acero proveniente de Canadá y Brasil.

Estas medidas unilaterales no han sido sancionadas por la Organización Mundial del Comercio y a quienes más afecta son a los socios comerciales, economías con las cuales Estados Unidos tiene interdependencia. Estas medidas arancelarias se ha visto que son sistemáticas, generalizadas y duraderas.

Refirió que en la edición 2018 del Trade and Investment Barriers Report de la Comisión Europea registró 45 nuevos obstáculos al comercio establecidos en países no pertenecientes a la Unión Europea. Es decir que hay una cifra record de 425 medidas proteccionistas en 59 países distintos.

Consideró que el proteccionismo siempre genera efectos negativos económicos y estos se trasladan a los consumidores de los países, por lo que esta serie de proteccionismos internacionales de Estados Unidos y de otros países terminan pagándola sus propios ciudadanos.

El proteccionismo sirve también a fines políticos y electorales para proteger a ciertos sectores poderosos, por lo que el proteccionismo de Trump es eminentemente político para utilizarlo como arma de presión y negociación para que otros países hagan lo que él quiere.

Un ejemplo es que a partir de las amenazas arancelarias generalizadas se han subordinado políticas migratorias de acuerdo a las directrices de la Casa Blanca.

Por lo que si hay un cambio en las elecciones de Estados Unidos y el partido demócrata retoma el poder no se descarta que el nuevo presidente del vecino país del norte recurra a este tipo de estrategias para otros países del orbe.