El Paris Saint-Germain se dio un duro golpe en el estreno de la Champions League, al igualar 1-1 ante el Brujas.
Pochettino no quiso medias tintas en el debut europeo de esta campaña. Los parisinos soltaron toda la carne a la parrilla con su triplete de ensueño. Su rival, el líder de la liga belga, no iba a vender nada fácil los puntos.
Y se notó en los primeros compases de partido. La conexión ofensiva de terror que planteaba el PSG no terminaba de encajar, siendo rápidamente desactivada por la línea de cinco que puso en campo Philippe Clement. En cambio, generaron las primeras opciones de peligro, pero Keylor estuvo resistiendo.
No obstante, pegó primero el cuadro francés. Mbappé se inventó un destrozo de los habituales por banda izquierda y, tras recortar, la dejó servida al área para la llegada furiosa de Ander Herrera. El español definió para abrir la lata al cuarto de hora de partido.
Aunque ello no sería, ni mucho menos, la garantía de dominar las acciones para el PSG. El Brujas no se amilanó ante el golpe y mantuvo su constante asedio a las cercanías parisinas. Y el esfuerzo terminó por dar sus frutos al 27'. Casi calcaron el gol de los de Pochettino: envío de Sobol por banda y remate de Vanaken por el centro.
Y se mantuvo la forma de los belgas hasta el descanso. De Ketelaere era el que mejor escenificaba el espíritu rebelde y atrevido del Brujas. Sus incursiones provocaron dos acciones de mucho peligro: una que exigió la mejor estirada de Keylor Navas y otra que, por muy poco, no logró conectar con el anotador Vanaken.
Para el complemento, el guion no parecía cambiar. Ahora Lang entraba mucho más en circuito para ayudar a De Ketelaere en la creación de oportunidades: tuvo una cuando apenas iban segundos de partido, pero Keylor volvió a hacerse gigante. Lo propio hacía Nsoki en la zaga del Brujas, impidiendo que se escapara el control del juego con sus soberbios cierres protegiendo a Mignolet.
Con el pasar de los minutos se iba alejando cada vez más la solidez belga, siendo esto aprovechado por el siempre peligroso Messi. Pero, aunque lo buscó con varios disparos, el argentino no pudo cambiar la historia y el empate imperó hasta el final.
