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- Puebla, Pue. México.

Hola amigos después de los sismos del pasado mes de septiembre que causaron tantas pérdidas humanas y materiales, hoy vamos a platicar un poquito de un órgano que sufrió los estragos de esos mega sustos, sí hablo de nuestro corazoncito. Creo que todos nuestros corazones sufrieron pero algunos que ya andaban medio malitos pues sufrieron más. Bueno pues empezaremos diciendo que en días pasados se celebró el Día Internacional del Corazón y hay que reconocer que está muy merecido que exista.

01salud01Recordemos que este órgano apenas del tamaño del puño de nuestra mano es el responsable de que andemos dando lata en este mundo. Nuestro corazón comienza a chambear desde las primeras semanas de gestación y nunca deja de latir hasta que colgamos los tenis, nos elevamos o marchamos. El corazón es un músculo pequeño pero poderoso que tiene como función bombear sangre a todos los órganos y tejidos.

Tiene dos aurículas y dos ventrículos de un lado del corazón, recibe la sangre venosa la cual se bombea a los pulmones para que ahí se oxigene y del otro lado recibe la sangre ya oxigenada y la bombea a los diversos órganos y tejidos de nuestro lindo cuerpecito. El corazón como cualquier músculo también necesita nutrirse y las encargadas de hacerlo son las arterias coronarias. Estas arterias cuando somos bebés están limpias e inmaculadas, es decir no tienen nada pegado a sus paredes pero conforme pasan los años se les van pegando las grasitas que comemos en forma de taquitos, garnachas y demás delicias, en particular el que se pega es el colesterol.

Existen varios tipos de colesterol pero los más conocidos son el de alta densidad (HDL) que es el bueno y el de baja densidad (LDL) el malosillo. Pues bien el HDL se encarga de hacer las funciones de repartir el colesterol a las diversas células que lo requieren para funcionar correctamente pero además este colesterol buena onda hace las veces de barredora y recoge al colesterol que se pega en las arterias y lo regresa al hígado donde será metabolizado y eliminado a través de los ácidos biliares. Mientras que el colesterol LDL o mejor conocido como el villano de la película se adhiere fuertemente a las paredes de las arterias, este colesterol LDL se adhiere sobre todo cuando está en su forma oxidada y también cuando las paredes de las arterias ya no están lisitas. Hagan de cuenta que es como una pared si está perfectamente pulida no se le pega nada pero cuando se descacaracha tantito se le pega el polvo más fácilmente. Pues bien quienes también contribuyen a quitarle lo lisito a las paredes son precisamente los bichos, ya sea por efecto directo o indirecto. De manera directa cuando estos amiguis llegan a torrente sanguíneo y se adhieren a las paredes de los vasos (al endotelio vascular) induciendo un proceso inflamatorio y daño sobre el endotelio vascular o bien de manera indirecta cuando padecemos de un proceso infeccioso o una enfermedad donde hay una inflamación crónica. Esto se debe a que los bichos inducen la síntesis de unas moléculas llamadas citosinas proinflamatorias las cuales inducen un proceso inflamatorio. Estas citosinas entre otras cosas hacen que el endotelio vascular que era lisito empiece a producir unas moléculas que van a frenar a las células sanguíneas y las obligan a salirse del torrente sanguíneo para ir a otros sitios como a los focos inflamatorios. Hagamos de cuenta que las células sanguíneas van en una súper carretera toda bien bonita hechos la rápido y de repente se encuentran un bache que a la de “a fuerza” los frena y tienen que salirse de circulación. Pues bien en ese bache que se formó llega el colesterol malo y se queda ahí pegado y con el paso del tiempo se irá engrosando y endureciendo formando la llamada placa que con el paso de los años será la causante de la disminución del grosor de esa arteria. Si esta arteria que se empieza a tapar es una de las arterias que nutren al corazón (arteria coronaria) pues ya se amoló la cosa y puede ser la causa de que en futuro nos dé in infarto al miocardio y adiós mundo cruel. Por ello debemos cuidar nuestra alimentación y dejar el sedentarismo, o sea a cuidar nuestra boquita y a mover el cuerpecito.

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