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- Puebla, Pue. México.

Hola amigos espero se encuentren bien y de buen ánimo.

Pues bien precisamente hablaremos del estado de ánimo. Sí, nos referimos a lo que le echamos la culpa del geniecito que nos cargamos frecuentemente. Me imagino que todos ustedes conocen a gente que todo el tiempo anda de malas, que no le puede uno ni hablar por el temor de que nos conteste feo o en el mejor de los casos solamente nos ignore.

Algunas veces creemos que así son de nacimiento, otras le echamos la culpa a las hormonas y decimos pobre es que ya está menopaúsica, si es una compañerita  o andropaúsico si es un compadre.

O bien solemos pensar que en su casa no los quieren y por ello se desquitan con sus compañeros de trabajo o de la escuela. También solemos pensar que odian a la humanidad porque de chiquitos no los apapacharon, incluso que fueron hijos no deseados.

Bueno la lista puede ser interminable, pero cada una de las razones expuestas pudiera tener algo que ver. En realidad el problema es más complejo de lo que parece. Las hormonas tienen influencia en nuestro estado de ánimo, definiremos primero qué es una hormona, las hormonas son producidas por órganos llamados glándulas y son transportadas a través de la sangre a diversos órganos y tejidos donde ejercen su acción.

Nuestro cuerpo produce de manera regular una buena cantidad de hormonas todas indispensables para mantener el buen funcionamiento de nuestro cuerpo. No todas las hormonas influyen en nuestro estado de ánimo, algunas influyen para bien y otras para mal. Entre las chicas malas (hormonas) más conocidas están la adrenalina y el cortisol.

La adrenalina se secreta cuando estamos en peligro o en situaciones de estrés y es la que nos hace reaccionar rápido, mientras que el cortisol se secreta en la noche durante la madrugada es producida por la glándula suprarrenal se libera por el estrés y entre sus efectos está disminuir la funcionabilidad del sistema inmune e influye en el metabolismo de carbohidratos y grasa o sea es una chica mala (aguas con ella).

01salud01Otra hormona es la leptina la cual está involucrada con la sensación de saciedad y es producida por las células grasas y a ella le echamos la culpa de que cuando estamos nerviosos le entramos con fé y con fuerza a la comida.

Otras hormonas del mal (chicas malas cuando se lo proponen) son la progesterona y los estrógenos, las cuales se sintetizan más, en determinadas etapas del ciclo menstrual y cuando están en mayor cantidad les atribuimos la irritabilidad y mal genio, aunque en realidad las pobres no son del todo culpables. Las pobres son así como la raza de perros Rottwiler que gozan de mala reputación.

A las hormonas sexuales femeninas les echamos la culpa de nuestro mal carácter ciertos días del mes, por ello suelen decirnos “no les hagas caso, seguramente está en sus días” también las culpamos de la irritabilidad en las mujeres embarazadas y al geniecito que se cargan las mujeres en la menopausia o sea siempre quedan mal si hay mucho de estas hormonas malo y si hay poco también es malo.

Sin embargo las hormonas sexuales femeninas también tienen su lado bueno, a ellas se les atribuye un efecto cardio protector por ello una mujer en su etapa fértil es menos susceptible a sufrir un infarto agudo al miocardio.

También hay hormonas y moléculas de la felicidad por ejemplo la oxitocina asociada con el placer o las endorfinas también conocidas como las moléculas de la felicidad. Por ello benditas sean las hormonas, ¿qué sería de nosotros sin ellas? Y si tienen mamás, hermanas o novias no traten de entenderlas solamente quererlas.